All work and no play makes Jack a dull boy All work and no play makes Jack a dull boy All work and no play makes Jack a dull boy All work and no play makes Jack a dull boy All work and no play makes Jack a dull boy

martes, noviembre 28, 2006

Adormilado

Es descarada la forma en que le disminuía el nivel de percepción con el paso de los años. No tenía duda de que de niño sentía más, reía más, lloraba más. Cada vez se ponía menos nervioso. Y esto le preocupaba.

Se dedicó a estudiar si era un proceso propio de su naturaleza humana o si por el contrario las circunstancias promovían esta involución con el paso del tiempo. Su primer estudio se centró en la música. Antes vivía mucho más los discos. Sabía que no era cuestión de inmadurez. Y las circunstancias probablemente tenían que ver. Antes, andaba más de un mes ahorrando para comprarse un CD y cuando juntaba el dinero empezaba todo un ritual que se iniciaba al encerrarse en su cuarto. Lo primero era quitar el plástico, que siempre respetaba hasta entonces, abría la caja y sin tocar el disco sacaba el libreto y lo olía un rato, después lo ojeaba y a veces leía las letras de las canciones. Normalmente apagaba la luz cuando se decidía a escucharlo y no saltaba ni repetía ninguna canción hasta que finalizaba la primera escucha. Durante esos ratos, el cerebro no funcionaba como lo hacía ahora y lo echaba de menos. Pensó que las diabólicas facilidades con las que contaba hoy para escuchar un nuevo disco provocaban esta disfunción sensorial.

En algunos momentos, se quedaba fijamente mirando la estantería de CDs, y veía como alrededor de ella las paredes de la habitación perdían en parte sus ángulos rectos. Lo más interesante era que esto había dejado de importarle. Las relaciones espaciales, lugar y distancia, perdían interés. Veía los discos pero no le interesaba la posición que ocupaban. Igualmente sufría una indiferencia temporal. A veces, parecía entrar en una máquina del tiempo y cuando salía de la habitación no era capaz de hacer un cálculo de la hora aproximada. Lograba percibir en función de intensidad de existencia, de profundidad de significado y de relaciones entre los elementos que abarcaba su campo visual. Veía que unos discos eran más importantes que otros y comprendía sus significados. El espacio seguía estando ahí y podía desenvolverse en él pero no le interesaba.

Todo esto le recordaba a la visión de los niños, libres porque no subordinan el sentido al concepto. Sin duda los objetos eran mucho más bellos que en otros momentos y estaban compuestos por colores mucho más vivos, casi luces de colores. Percibía más tonalidades, se hacía más notable la diferencia entre un rojo y otro rojo. Ahora el color no le sirve, sólo es belleza. Los animales como él no necesitan el color para su supervivencia.

Al final, comprendió que luchaba contra su naturaleza, ésta hace del cerebro un mecanismo de protección. El sistema nervioso actúa como inhibidor de sensaciones por lo que impide que nos sintamos abrumados o confudidos por la realidad que nos rodea. Todo ese conocimiento que flota alrededor es para nosotros inútil en términos de supervivencia, que es la primera finalidad del ser humano (y no la felicidad). Este cerebro que actúa como filtro de percepciones se ocupa únicamente de transmitirnos sensaciones que nos ayudan a sobrevivir y no a comprender el mundo. Concluyó que el culpable de su adormecimiento era su cerebro maduro y que sin cerebro, o con un cerebro alterado, la percepción mejoraría notablemente, el intelecto no variaría y la voluntad se anularía.

Primero consideró suicidarse pero el cerebro que quería dejar de tener era suficientemente maduro como para inducirle un gran sentido de la supervivencia. Finalmente, se decidió por alterarlo consumiendo drogas. De esta manera, amplió considerablemente el filtro Butterworth de su cerebro y provocó los cambios en la percepción y la voluntad.

3 Comments:

Blogger Oskar MG said...

No nos engañas Gabi... ese niño ya se drogaba desde que era chiquitito!!! :P


Mú bueno el escrito wey!!!

Orale!!!

4:26 p. m.

 
Blogger pedro finch_ said...

Mmmmm me deja un poco perplejo, pero la verdad es que me gusta.
Tendré que leerlo alguna que otra vez más. ¿Debería tomar algo para captarlo en toda su intensidad?

2:18 p. m.

 
Blogger qïp said...

Encantador, Mingorance, las últimas entregas se hacen de rogar pero merecen la pena.

Tenemos que abrir un foro para ver que sustancias utiliza cada uno para abrir las puertas de la mente.

Verificación de palabra: SCAEDOO

2:39 p. m.

 

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